sábado, 17 de marzo de 2012

Apretándole las tuercas

    Al protagonista de la entrada de hoy ya lo conocéis algunos de vosotros. Se trata de un Pinus sylvestris propiedad de mi compañero Carlos Leborán, quien lo había recibido como regalo de manos de Jose San Luis. Este ejemplar en cuestión ya había pasado por un taller inicial con Marco Invernizzi, donde todos los esfuerzos se habían concentrado en su compactación. Casi dos años después el árbol mostraba un estado de salud ciertamente bueno, se había recuperado bien de la dura sesión inicial, así que iba siendo hora de "ajustarle las tuercas" un poco.

    Os muestro el pino, desde distintos puntos de vista, antes de comenzar su segundo taller con Marco.






    Después de todo este tiempo el árbol había engordado, de forma que algunos alambres ya estaban algo clavados.


    Marco suele comenzar por ordenar los trabajos en los árboles por orden de prioridades, así que esta era la primera: retirar el alambre viejo para evitar que continuase marcando la corteza. De este modo Carlos acometió su primera misión del día, lo que en un árbol de este tamaño ya demora un buen rato.


    Una vez terminada la retirada de alambre, Marco decidió que era hora de apretar más los tensores que se le habían colocado en la primera sesión de trabajo. Así que con la ayuda de varios "voluntarios" comenzarón a "apretarle las tuercas".


    Unos sujetaban la maceta, Marco apretaba las ramas y Carlos ajustaba el tensor.  El trabajo se para un momento, dándo un paso atrás para tener una visión con mayor perspectiva.


    De este modo fue como Marco decidió que aun no era suficiente, había que apretar más, pero la posición de trabajo no era la mejor para hacer la fuerza requerida, así que...¡árbol al suelo!


    Desde esta nueva posición Marco podía dejar caer mejor el peso de su cuerpo sobre la parte que quería doblar, así que fue más facil llegar a la posición que él había previsto.



    Una vez llevadas las ramas principales a su posición definitiva, Marco le ordenó a Carlos destapar la base de raíces, quería ver con lo que contaba abajo. Esta suele ser una de las primeras cosas que se debe hacer antes de tomar una decisión definitiva sobre el diseño del árbol. De este modo Carlos estuvo entretenido otro ratillo retirando el exceso de tierra, un trabajo que le deparó una gran alegría: oculto a la vista hasta ese momento había una base que se ensanchaba de manera agradable, dándole solidez y credibilidad al conjunto.



    En muchas ocasiones los pinos procedentes de yamadori muestran tramos rectos a nivel de sus bases, las partes enterradas suelen ser tubulares, o lo que es peor todavía: pueden presentar conicidad invertida. Por eso este hallazgo sorprendió positivamente a todos los presentes, incluidos Marco y el propietario de la planta.

    A continuación hubo que poner algo de rafia en alguna rama: iba a ser forzada para llevarla a su posición y no se trataba de arriesgar.


    Algunas primeras formaciones en los árboles son verdaderas obras de ingeniería: hay que meditar mucho sobre la forma definitiva que queremos conseguir, pensar también mucho como podemos llevar a cabo el diseño elegido y, por último, llevarla a la práctica. En este caso se colocó una buena dosis de andamiage en forma de tensores, barras de hierro, tornillería, etc.



    Depués de alambrar todo lo que se pudo (algo quedó por la premura de tiempo) Marco se puso a darle forma a la planta. Al final el pino va cogiendo color y se vislumbra para él un futuro prometedor. En la siguiente temporada debería trasplantarse a una maceta de bonsái un poco holgada, pero por ahora os dejo con las fotos finales del trabajo. Primero os muestro el lateral derecho.


    Lateral izquierdo.


    La parte trasera.


    Y por último la parte frontal. Desde este ángulo se ve claramente la evolución que ha supuesto esta sesión de trabajo en la planta.


    El tosco jin de la izquierda deberá ser rebajado en gran medida, descortezado en su base y prolongada la madera seca por parte del tronco, hacia abajo...pero eso ya será historia para otra travesía, por hoy ya hemos llegado a puerto seguro. Espero que esta nueva aventura os haya entretenido un rato, gracias a todos.

1 comentario:

  1. Hola
    Todavía no entiendo como es puede quejar mi mujer cuando me ve con unas tijeras. ""YA VAS A JODER UN ARBOLITO"". Ese silvestris todavía está templando después de ver como se le abalanzaron 5 tíos, con esas pintas, los gritos se oían desde aquí.jejeje.

    QUEDÓ DE LUJO.

    un saludo. Roberto

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