miércoles, 18 de abril de 2012

Material de supervivencia

    No sé como lo hago, pero siempre acabo liándome con material humilde que, en realidad, no deberían tener cabida en mi colección. No por ello se trata de un trabajo hecho en vano ¡nooo, ni mucho menos!. De este tipo de material es del que tiro para, a través de su venta, tratar de mantener o adquirir los árboles que realmente me interesan. Ya sabéis que el material de bonsai es caro, que si tierras, que si abonos, que si alambre y etc., etc., etc. Todo vale una "pasta" que, al menos en mi caso, me cuesta mucho ganar, así que hace ya algún tiempo que he decidio que mi afición debía de autosufragarse, al menos en buena parte. He de confesar que hace algunos años era muy reticente a esta práctica, pero al final te tienes que enfrentar a la realidad y reaccionar, simplemente de no ser por esta política no me podría permitir la adquisión de ciertos ejemplares como el arce de la entrada anterior, del material del que os hablaba antes o de la asistencia a algunos eventos. Tengo que reconocer que en este cambio de visión jugó un papel muy importante mi compañero Alberto Baleato, el fue el pionero en este modo de entender la afición, lo que en su día le valió más de una crítica injusta.

    Bueno, pues sin más preámbulos, os presento  al "prota" de hoy: un humilde aligustre procedente de un cierre. Llevaba varios años plantado en una maceta de plástico, fea como la madre que la parió, tanto que llegó a hacerme daño a la vista. Este año decidí revertir esta situación. Lo iba a plantar en maceta de bonsái ya que, llegado el momento, siempre me iba a tener mejor salida que en ese horrendo "ataud" blanco. La planta, antes de la intervención, mostraba aún el crecimiento del año pasado.


    Naturalmente lo primero que hice fue podar el exceso de vegetación.


    Otra toma más centrada.


        Una vez podado, desenterré el aligustgre y trabajé su cepellón. Lo palille para eliminarle la tierra, utilizando para ello una garra y palillos de bambú. A continuación lo terminé de limpiar con chorro de agua. El resultado salta a la vista ¡con este cepellón seguro que ya nos cabe en una maceta de bonsái!


    Y estas son las imágenes finales de la planta una vez ubicada ya en su nuevo tiesto. uno de esos reciclados que todos guardamos en el trastero, procedentes seguramente de etapas pasadas en las que aún comprábamos árboles en centros comerciales. Reseño también que, una vez trasplantado, he incidido más con la poda, tanto que el árbol estuvo a punto de "escapar por patas". ¡Menos mal que lo había amarrado bien con alambres, que si nooo...! Bueno, este es el frente.


    Lateral derecho.


    Este sería el dorso.


    Y, por último, este es el ladteral izquierdo.


        Naturalmente estas propuestas son susceptibles de cambio y eso lo tendrá que decidir el futuro propietario de la planta, de momento toca reposo, hay que garantizar que el árbol ha superado el trasplante, sólo entonces será puesto en circulación.

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    Con un vigoroso golpe de timón el capitán varío el rumbo de la nave, la tormenta que se divisaba en el horizonte no tenía buena pinta, había que alejarse, no era cuestión de arriesgar la vida de su tripulación en vano. Estos días andaba más pensativo de lo normal, en esa misma zona hacía cien años que naufragara el Titanic, el gran barco "insumergible". Numerosas notas de prensa se habían publicado estos días recordando tan luctuoso suceso, lo que provocó en el capitán un sentimiento de responsabilidad con el que siempre había convivido, pero que ahora se presentaba en su mayor dimensión. Ensimismado y perdido en sus pensamientos dió rienda suelta a su instinto de supervivencia, logrando llevar a sus subordinados a puerto seguro. Sólo cuando estuvo en tierra y después de unos cuantos tragos de ron, el capitán consiguó huir de sus pensamientos, terminando por cantar el "Asturias patria querida" subido a la barra del último tuburio que visitó antes de retirarse a descansar. ¡Buena cogorza había pillado el malandrín!

2 comentarios:

  1. Interesante entrada que me hace pensar.
    Yo es oír el Asturias patria querida y caerseme unos lagrimones que paqué. Si es que tendría que ser el himno nacional:)
    Un saludo

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  2. Gran verdad,
    y una buena forma de mejorar la calidad de una colección de bonsais.

    Si el capitán hubiera avisado de su llegada la noche se hubiera alargado hasta el alba, la penúltima ronda la pago yo; un saludo desde Outes Capitán.

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